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| Sábado 10 de septiembre de 2016, Año 8 • Precio: Mil duro. |
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El otro día, en el Congreso, presentaron una proposición de ley para extender los derechos humanos a los monos, ya conocidos como “derechos humonos”.
Se trata de proteger de la extinción a los grandes simios (los simios bajitos que se aguanten; hay que ver, con lo graciosos que son y se van a extinguir...). Se ve que, hasta ahora, los monos sólo tenían derecho a salir en las etiquetas de anís. Y eso es muy poco, legalmente hablando.
España no es un país pionero en esto. Bueno, ni en eso ni en casi en nada. A Nueva Zelanda se le ocurrió antes. Claro, como allí están cabeza abajo y la sangre les llega al cerebro más rápido, pues comprenden mejor a los monos. Tú ves a un neozelandés y está a la que salta. Mira los canguros... Y aquí ves a un lince ibérico y va a otro ritmo, mucho más lento, es otro rollo.
Aquí ya ha habido reacciones de protesta. Por ejemplo, el arzobispo de Pamplona, que opina de todos menos de lo que tiene que opinar, ha dicho que eso sería como pedir los derechos taurinos para los seres humanos. ¿Cuáles son los “derechos taurinos”? ¿El derecho a los cuernos? ¿El derecho a que te corten la orejas y el rabo?
Gracias a esta noticia nos hemos enterado de que compartimos el 99% de nuestro material genético con los grandes simios. Sólo nos separa un gen, ¿cúal? No sabemos todavía. Yo esto lo desconocía, pero ya lo sospechaba: sólo hay que mirar de cerca a George Bush.
La presentación de la propuesta ha sido muy bien recibida en el Congreso, concretamente una diputada que estaba haciendo tiempo hasta que abriera El Corte Inglés y por la señora de la limpieza, que tenía hora en la peluquería para más tarde, porque no fue ni Dios. Se ve que sus señorías miraron la agenda y dijeron: “A ver que tengo hoy... Proyecto de ley para salvar a los monos... Oye, ¿los monos votan?” “¿Me lo preguntas desde el punto de vista democrático o fisiológico?” “No, democrático.” “Pues, vale, hasta luego.” Que si votaran los monos, seguro que los partidos hasta se cambiaban el nombre. El PP sería el Partido Platanar, y el PSOE, el Partido de Simios y Orangutanes Españoles.
Si la propuesta va adelante, los grandes simios podrían ver reconocidos derechos similares a los de los seres humanos, como el derecho a la vida, a la integridad o a la vivienda. Vamos, árboles de protección oficial de 30 metros cuadrados.
Ahora que lo saben, los monos van de chulitos por la selva. Se cruzan con el elefante: “Sí, sí, mucha trompa, pero yo tengo derechos y tú no.” Llega el león a cazarlos: “Aaah, salvado! Tengo derecho a la vida, chaval lo dice la ONU...” “¿La ONU? Anda, baja del árbool y verás cómo te pongo derecho.”
Bueno, que sepan que también tendrán derecho a la Seguridad Social. Como hay poca gente en lista de espera, sólo faltaría que te pase por delante un mono para operarse de juanetes... “¡No me lo puedo creer, esto es el colmo! ¡Qué me estoy muriendo, oiga!” “Aaaah, haber perdido un gen.”
Y yo me pregunto: ¿qué será lo próximo? ¿La “Ley de Matrimonios Monosexuales”? ¿O sea, que te casas contigo mismo?
Si ya es complicada la política, lo que le faltaba a ZP era tener un sindicato de monos. Cándido Méndez está pensando en afeitarse para que no le confundan. ¿Cómo se llamaría un sindicato de monos: “Comisiones Moneras”? Ya veo a Urdaci leyendo las noticias: “El sindicato uh-uh-ah-ah...”
En fin, esta ley pasará por el Congreso como todas las que protegen a los animales... “a la chita callando”.
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